viernes, 30 de septiembre de 2011

El partido innegociable

Gentileza InfiernoRojo.com
Hay olor a clásico. Por más que la primavera llene el aire de aromas florales, vos sólo sentís ese indescriptible olor que caracteriza este tipo de partidos. Pensás en el gol que más gritaste. Te acordás del primero en la cancha, del último, del día que te llevó tu papá, de la mano, señalándolos y diciéndote: “Allá están, miralos: esos son tus hijos”, mientras vos te desorbitabas observando esa postal y el hermoso colorido que iba pintando el cemento de ese rojo furioso que te encandiló el corazón.

No hacés otra cosa que pensar en el clásico, de imaginarte el domingo. Sólo pasa por tu cabeza un grito de desahogo allá por las seis de la tarde. Sobrevuelan, claro, esos fantasmas oscuros en caso de un tropezón con “estos muertos”, como te gusta llamarlos cada vez que te referís a ellos. Pero si fueron una empresa, estuvieron en la B, son nietos nuestros, son los reyes del abandono. ¿Por qué temer? Porque es un clásico, viejo. Porque la adrenalina es diferente a la de cualquier otro partido. Porque la sangre corre a mil por hora. Porque cada arteria que desemboca en el corazón trasmuta entre nervios, alegría, nerviosismo y esa interminable pasión que brota desde lo más profundo del bobo.

¿Cómo carajo quieren que te calmes? ¿No entienden lo que es un clásico, hermano? Es eso, es la mezcla de sensaciones, es “EL” partido, es un campeonato aparte dentro de otro. Es el orgullo del barrio en juego, es respetar la historia con un triunfo, una alegría fundamental dentro de tanta malaria. Es el sentimiento a carne viva, la lujuria, el descontrol, la explosión in situ de la emoción desatada en tu alma.

La semana acumula seis noches antes del clásico, pero vos soñás el partido mil veces. Te lo imaginás con la luna puesta en el cielo, a la mañana, al mediodía y mientras tu jefe te pide algo en el laburo. “No me jodas”, pensás. La vuelta del laburo a casa es pensar sólo en el partido, es enfermarte hasta que ponés la cabeza en la almohada y la historia empieza a iniciarse de nuevo. El clásico es un círculo vicioso que se extiende por una semana más luego de terminado. Porque luego del resultado final hay dos opciones: regar cada lugar que transitás con tu aire sumiso y sobrador, o quedarte en el molde, aceptar la derrota y guardar, con todo el orgullo del mundo, tus palabras vacías de alegría.

Pero ellos son Racing, viejo. Son el muro humano de los lamentos. Son la tristeza a flor de piel. Son los que alquilaron su equipo, los que hicieron de su cancha un depósito de papas. Son nietos sufridos, una empresa, los reyes del abandono, los que se despidieron de Primera en nuestra cancha, mientras nosotros sumábamos otra estrella. Su orgullo son sus propios hinchas, todo un síntoma, mientras el tuyo, es ser el mejor. Paradójicamente, tu orgullo es ser el Orgullo Nacional.

”No vieja, no la planches, dejala así”, gritás, mientras le sacás la camiseta de las manos y te la ponés. Ella muta en tu piel, se hace carne, se transforma en sangre de tu sangre. Se reavivan los colores en tu cuerpo. Sentís esa adrenalina, ese sentimiento que estalla en cada célula de tu cuerpo. No sos vos, es Independiente que se metió en tu cuerpo. De tu boca se escapa un resonante: “…que esta tarde, cueste lo que cueste, esta tarde tenemos que ganar…”. Escuchás la bocina, son los pibes que te pasaron a buscar, envueltos en banderas. Es la hora, llegó el momento: el amor de tu vida te espera, vas hacia él. Por otro clásico, por otra alegría; VAMOS INDEPENDIENTE! 

lunes, 19 de septiembre de 2011

Contra Vélez, todos a la Sur

 Sin banderas políticas, y sólo con el escudo de Independiente tatuado en el alma, un grupo de socios creó la página www.elclubesdelossocios.com.ar, donde simbolizan su descontento con la actual dirigencia y le piden a los hinchas que pagan la cuota mensual asistir, en el partido con Vélez, a la tribuna social Sur, en repudio a los violentos que día a día se pasean por nuestro club y en clara bronca por la paupérrima administración política, económica, financiera y deportiva del “Rojo”.
Luego del partido frente a San Martín de San Juan, donde el hincha de Independiente dijo basta y marcó un hito en el fútbol argentino por ser, de forma seria, ordenada y masiva, el primer club donde sus fanáticos le pusieron un límite a los barras, los dirigentes del club lanzaron un risorio comunicado donde pidieron la convivencia con el sector violento que generalmente ocupa la tribuna Norte. Este ejemplo, deja al desnudo los lazos entre los directivos de Independiente y la barra brava, más aún cuando azotan las tempestades producto de los tiempos electorales.

Por eso, el hincha de Independiente, cansado del constante manoseo y los manejos que terminan perjudicando al “Rojo”, volverán a unirse para redoblar la apuesta y continuar con la recuperación del club. Sería bueno que la dirigencia (de Independiente y TODOS los clubes del fútbol argentino), las fuerzas de seguridad y los organismos gubernamentales destinados a la organización de eventos deportivos, tomen nota y hagan  de este puntapié, el primer eslabón para erradicar la violencia de las canchas. Aunque claro está, a veces, la razón nada puede hacer contra el bolsillo ni el poder. 

domingo, 11 de septiembre de 2011

La balada del Diablo y la muerte

Independiente no encuentra el rumbo: perdió en Córdoba y su crisis no se detiene. La hemorragia nació en lo dirigencial y explotó en lo futbolístico. Los dirigentes siguen pisoteando la historia y subestimando la alerta que dio River a mitad de año. Ahora llega Ramón Díaz, quien la semana pasada elogió a Comparada.


Un aborto de la historia. Así podría considerarse a este Independiente que hoy, realidad a la vista, sigue consumiendo papelones. En esta oportunidad cayó 2-0 frente a Belgrano, que le terminó haciendo precio al pobrísimo equipo de Cristian Díaz. Claro, el pobre ex lateral del “Rojo” no tuvo otra que tirar a la cancha ese plantel medio pelo que formaron Julio Comparada y sus secuaces. Con ese mismo equipo pretendieron jugar “el semestre de la historia”. Aunque lo que quedará más en la historia aún, será este nefasto e impresentable mandato de la peor dirigencia que tuvo la institución.

Faltos de tacto, de cordura, prepotentes, oscuros, incompetentes e irrespetuosos con los que armaron de Independiente un club modelo, desde lo institucional y futbolístico. Hoy dejaron el club en ruinas, despojado de su historia, pisoteado e inmerso en deudas que hacen tambalear el futuro, porque fueron los constructores de un pasado y un presente destructor, vaya paradoja.

Lo futbolístico termina siendo un árbol dentro de un bosque de irresponsabilidades. Estos dirigentes vaciaron a Independiente, lo “desglorificaron” y lo hicieron perdedor. Pasaron 15 entrenadores, pero la rabia sigue en el club. Esta dirigencia sepultó al último entrenador, el mismo que los desvirgó de títulos, como también tuvo el tupé de no renovarle el contrato al entrenador que hoy nos permite seguir jugando en Primera División: Américo Gallego. Si no fuese por sus 68 puntos, hoy Independiente estaría jugando contra Guillermo Brown de Puerto Madryn.

El viernes pasado sacaron un comunicado donde le pidieron a los hinchas, básicamente, “lograr la convivencia con los hinchas caracterizados”. Dejando en claro que los barras son sus soldados y seguirán copando todos los sectores del Libertadores de América. Hablan de climas políticos, justamente, política: lo peor que saben hacer. Porque no dan respuestas, ni explicaciones, ni tienen autocrítica, ni escuchan al socio, ni al hincha. Porque se cagaron en Independiente y subestimaron todas las ocasiones que tuvieron para “reavivar” al club.

Ahora llegará Ramón Díaz, que se convertirá en un nuevo títere de la dirigencia. Él mismo riojano plantó la evidencia en la semana, cuando elogió a Comparada en todos los medios donde, casi solito, se decretó el nuevo entrenador del “Rojo”. “Comparada es uno de los empresarios más grandes de Argentina y un gran presidente”, dijo, quien seguramente no sepa ni un poco del presente del club y la nefasta gestión de estos directivos. Por suerte, el ancho de espadas lo tiene el socio. De él dependerá jugar esa carta en diciembre y ganar la partida más dura en la historia del club.